Miguel Ángel: Una vida épica

¿De qué trata Miguel Ángel: Una vida épica?

La biografía definitiva de Miguel Ángel.

A los 31 años ya era considerado el mejor artista de Italia, y posiblemente del mundo; sin embargo, para sus detractores, Miguel Ángel era arrogante, tosco y excéntrico. Durante décadas, estuvo en el epicentro de la turbulencia que marcó el paso del Renacimiento a la Contrarreforma en Europa.

Como un héroe de la mitología clásica —similar al Hércules que esculpió en su juventud—, Miguel Ángel enfrentó desafíos constantes. Esta biografía, fruto de una meticulosa investigación que abarca desde cartas de la época y biografías repletas de rumores, hasta los estudios más recientes sobre su figura, tiene un carácter épico en sí misma.

Para Martin Gayford, el mayor legado de Miguel Ángel no reside únicamente en sus obras maestras, sino en su extraordinaria personalidad, que redefinió para siempre lo que significa ser un artista.

¿Quién es Miguel Ángel?

Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564) fue un escultor, pintor, arquitecto y poeta italiano del Renacimiento, ampliamente considerado uno de los mayores artistas de la historia. Nacido en Caprese, cerca de Arezzo, Miguel Ángel mostró desde temprana edad un extraordinario talento artístico. A lo largo de su vida, trabajó en algunos de los proyectos más ambiciosos del Renacimiento, creando obras maestras que siguen siendo referentes del arte mundial.

Como escultor, Miguel Ángel alcanzó la fama con su obra «Piedad» (1499), una representación de la Virgen María sosteniendo el cuerpo de Cristo, esculpida en mármol, que se destaca por su belleza serena y detallada. Poco después, esculpió su obra más famosa, el «David» (1504), una imponente estatua de mármol de más de cinco metros de altura que representa al joven David, símbolo de la fuerza y el ideal renacentista del ser humano.

En 1508, el papa Julio II encargó a Miguel Ángel la pintura del techo de la Capilla Sixtina en el Vaticano, una de las mayores hazañas artísticas de la historia. Esta monumental obra, que tardó cuatro años en completarse, incluye escenas bíblicas como la Creación de Adán, una de las imágenes más icónicas del arte occidental. Posteriormente, Miguel Ángel pintó el Juicio Final en la misma capilla, una representación del Apocalipsis llena de dinamismo y dramatismo.

Además de sus logros en escultura y pintura, Miguel Ángel fue un arquitecto destacado. En 1546, asumió la dirección de las obras de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, diseñando su grandiosa cúpula, que se convirtió en un modelo para las cúpulas posteriores en todo el mundo.

Miguel Ángel fue un genio polifacético, capaz de expresar en mármol, pintura y arquitectura los ideales del Renacimiento: la belleza, la fuerza humana y la espiritualidad. Su legado sigue vivo y su obra continúa inspirando a generaciones de artistas y admiradores del arte.