Autor: Soraya Nárez
Género: Biografías
El impactante testimonio de Soraya Nárez, una ex testigo de Jehová que, tras ser expulsada de la organización y obligada a romper lazos con su familia, decidió romper el silencio y denunciar el aislamiento y las prácticas de control que se esconden detrás de esta comunidad. «Al comenzar a escribir mi historia, empecé a darme […]
El impactante testimonio de Soraya Nárez, una ex testigo de Jehová que, tras ser expulsada de la organización y obligada a romper lazos con su familia, decidió romper el silencio y denunciar el aislamiento y las prácticas de control que se esconden detrás de esta comunidad.
«Al comenzar a escribir mi historia, empecé a darme cuenta de todo lo que no percibía cuando estaba dentro de la organización».
¿Por qué los testigos de Jehová prohíben celebrar cumpleaños, rechazan las transfusiones de sangre y evitan relaciones con personas «del mundo»?
¿Qué hay detrás de esta organización y cuáles son las repercusiones de desobedecer sus reglas?
En este valiente y desgarrador relato, Soraya Nárez expone con detalle su vida como testigo de Jehová: el control y la manipulación desde la infancia, las estrictas prohibiciones, el funcionamiento interno de la jerarquía y el adoctrinamiento. Todo culmina con el momento en que abrazó a su padre por última vez, consciente de que nunca más podría volver a verlo tras su expulsión.
A partir de ese punto, Soraya reconstruyó su vida y su identidad, explorando un mundo que antes le estaba completamente vedado.
Este testimonio no solo da voz a una realidad muchas veces oculta, sino que también reflexiona sobre temas como la culpa, la vergüenza, la necesidad de pertenencia y el alto costo que puede tener la búsqueda de la libertad.
Los Testigos de Jehová son una organización religiosa cristiana conocida por su interpretación literal de la Biblia y su labor de evangelización activa, que incluye visitas puerta a puerta para difundir sus creencias. Fundada a finales del siglo XIX en los Estados Unidos por Charles Taze Russell, los Testigos de Jehová se consideran una restauración del cristianismo primitivo, con un enfoque particular en el nombre de Dios, que identifican como Jehová, y la creencia en la inminente llegada del Reino de Dios.
Una de sus doctrinas clave es que vivimos en los últimos días, y que pronto ocurrirá una batalla apocalíptica llamada Armagedón, tras la cual Jehová establecerá un paraíso en la Tierra para los fieles. No creen en la Trinidad, sino que consideran a Jesucristo como el Hijo de Dios, separado y subordinado a Jehová. También creen que el Espíritu Santo es la fuerza activa de Dios y no una entidad divina.
Los Testigos de Jehová son conocidos por su neutralidad política y militar. No participan en elecciones, en servicio militar ni en manifestaciones patrióticas, como cantar el himno nacional o jurar lealtad a una bandera, porque consideran que su lealtad es exclusivamente a Dios. Este aspecto ha generado conflictos en algunos países donde se exige la participación en estos actos.
Otra característica importante es su rechazo a las transfusiones de sangre, basado en su interpretación de ciertos pasajes bíblicos que prohíben el consumo de sangre. Además, no celebran festividades como la Navidad, la Semana Santa o los cumpleaños, ya que consideran que tienen orígenes paganos o no se ajustan a las enseñanzas bíblicas.
Con millones de miembros en todo el mundo, los Testigos de Jehová son conocidos por su devoción estricta a sus creencias, su organización altamente estructurada y su compromiso con la predicación y enseñanza bíblica.